Función hepática - Caso clínico II

Para finalizar con esta sección relativa al hígado, hoy vamos a presentar otro caso clínico relacionado con las hepatopatías. Para comprender mejor los parámetros que vamos a analizar, así como las enfermedades de las que vamos a hablar, os recomiendo que os leáis los anteriores entradas.


En esta ocasión el paciente que se va a tratar tiene 45 años, y no se le ha detectado ningún síntoma de ningún tipo. Sin embargo, al realizarle un examen de sangre rutinario, se obtienen los siguientes resultados:


Como ya recordaréis, la columna de la derecha indica los valores entre los que deberían estar nuestros resultados, pero hay que considerar que son unos valores de referencia y pueden variar algo de individuo a individuo.

Tras obtener estos resultados (que más adelante analizaremos), a simple vista se puede observar que hay ciertas alteraciones potencialmente relacionadas con el hígado, por lo que se decide realizar una exploración física al paciente. Con ello, so encuentra que el paciente tiene hepatomegalia, es decir, un agrandamiento del hígado.

De vuelta con los resultados bioquímicos, se puede observar como los valores de bilirrubina total y de albúmina son los únicos que se mantienen dentro del rango de los valores de referencia. Los valores de transaminasas son los que más elevados están respecto a sus valores de referencia, indicativo de que ha habido muerte celular. Estos valores podrían deberse a un infarto de miocardio, pero también a alguna enfermedad hepática. Aun así, como el paciente presenta hepatomegalia, lo más probable es que se deban a algún problema en el hígado.

De este modo, vamos a realizar el cálculo del ratio AST/ALT, que resulta muy útil para diferenciar entre las posibles causas del daño hepático. Se han realizado muchas investigaciones para determinar la eficacia que tiene utilizar el cálculo del ratio AST/ALT para sospechar de hepatitis alcohólica frente a otras enfermedades hepáticas. Por lo general, se deberían obtener los siguientes valores:


Para este paciente, el ratio que obtenemos es de 2,19, un valor superior a 2 (el 70% de los pacientes con hepatitis alcohólica muestran un ratio AST/ALT superior a 2)1. Por lo tanto, este es un indicio de que el paciente puede que padezca hepatitis alcohólica.

Para continuar, vamos a centrarnos en los otros dos parámetros: FA (fosfatasa alcalina) y γ-GT (gamma-glutamil transpeptidasa). Niveles elevados de estos valores pueden presentarse en diferentes enfermedades hepáticas, como pueden ser la hepatitis alcohólica, infarto de miocardio agudo, colestasis o, en el caso de la FA, en enfermedades óseas. Esto nos indica que ninguno de estos dos parámetros son marcadores específicos para enfermedades hepáticas

CONCLUSIÓN

El conjunto de todos los resultados analíticos, así como la presencia de hepatomegalia, nos llevan a pensar que estamos ante un caso de hepatitis alcohólica en una fase temprana (conocida en medicina como fase prodrómica). Durante esta etapa, el paciente no tiene grandes síntomas, más que una pérdida de apetito que le lleva a consumir más alcohol y, consecuentemente, a la hepatomegalia. Además, los valores de albúmina y de bilirrubina son normales, lo que indica que se ha dado muerte celular en una cantidad pequeña de hepatocitos.

La hepatitis alcohólica es una enfermedad causada, generalmente, por un consumo excesivo de alcohol. El alcohol se va a absorber en el estómago y en el intestino delgado. Cerca del 90% va a ser metabolizado en el hígado, mientras que el resto es eliminado por el riñón o a través de los pulmones. De este modo, cuando la ingesta de alcohol es excesiva, los hepatocitos van a sufrir daños que van a derivar en el desarrollo de la enfermedad2

Cabe destacar que la hepatitis alcohólica forma parte de la denominada enfermedad hepática alcohólica, que está constituida, además, por la cirrosis alcohólica y la esteatosis hepática (mejor conocida como hígado graso). En primer lugar se desarrolla la esteatosis a consecuencia de los cambios del metabolismo de lípidos ocasionados por el alcohol. Se caracteriza por tener grandes depósitos de grasa en los hepatocitos, y en ocasiones se asocia a daño celular y a una respuesta inflamatoria2. Esta esteatosis suele manifestarse en forma de hepatomegalia.

Tras la esteatosis, se desarrolla la hepatitis alcohólica aguda propiamente dicha, en la que hay necrosis celular y hepatocitos que contienen agregados fibrosos. Esto puede derivar en cirrosis, caracterizada por una cicatrización o fibrosis de los hepatocitos. Finalmente, entre el 5% y el 15% de los pacientes con cirrosis alcohólica desarrollan un carcinoma hepatocelular2.

Fuente: Amigos del Hígado

*Os dejo este enlace en el que se explica en mayor profundidad (pero de forma muy fácil de comprender, no os asustéis) el impacto que tiene el consumo de alcohol en el hígado.

Por lo tanto, para confirmar este diagnóstico, es necesaria la realización de más pruebas, de modo que os invito a que veáis este vídeo para conocer las diferentes posibilidades.

BIBLIOGRAFÍA:

  1. Hall, P., & Cash, J. (2012). What is the real function of the liver 'function' tests?. The Ulster medical journal, 81(1), 30–36.
  2. Ll Caballería, J. Caballería, A. Parésa (2000). Enfermedad hepática alcohólica. Medicina Integral, 35(10), 474-480

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