Sistema endocrino - Cortisol

Fuente: Your brain on cortisol. NBC News

Para el caso de hoy vamos a hablar sobre un varón de 65 años que, en un breve periodo de tiempo, ha ganado peso principalmente en la zona abdominal. Además, también muestra hinchazón en la cara, hematomas y algunas estrías abdominales. Tras ver estos síntomas, se le realiza un examen físico, con el que se detecta que tiene hipertensión, es decir, presión arterial elevada.

Finalmente, se le realiza un análisis de orina para detectar cuáles son sus niveles de cortisol:

Como podemos observar, la cantidad de cortisol detectada en el paciente es 5 veces superior al valor de referencia; pero, ¿cómo interpretamos esto? Para ello, debemos aprender ciertas nociones sobre el cortisol.

¿Dónde se sintetiza?

El cortisol es una de las muchas hormonas que se producen en la glándula suprarrenal. En el organismo existen dos glándulas suprarrenales, estando cada una situada en la parte superior de cada riñón. Estas glándulas son aproximadamente del tamaño de un pulgar, y tienen forma triangular. Además, tienen dos regiones diferenciadas:

  • Zona externa o corteza: en esta región se da la síntesis de las hormonas esteroideas, entre ellas del cortisol.
  • Zona interna o médula: en esta región se da la síntesis de catecolaminas.
Como podéis observar, la glándula suprarrenal sintetiza una gran variedad de hormonas que van a desarrollar una gran cantidad de funciones. Nosotros nos vamos a centrar en las funciones del cortisol, pero os recomiendo que veáis el siguiente vídeo para haceros una idea general de la regulación y funciones de las demás hormonas.

Hormonas esteroideas: cortisol

Este grupo de hormonas se conocen como esteroideas porque provienen del colesterol, que sufre una serie de modificaciones hasta dar lugar a hormonas como el cortisol. Esta hormona tiene efectos catabólicos, de modo que es conocida como una hormona del estrés.

Así, su síntesis va a estar estimulada en respuesta a algunos estímulos externos, entre los que destaca el estrés. Estos estímulos van a provocar que el hipotálamo libere una hormona conocida como la hormona liberadora de corticotropina (CRH), que, a su vez, va a estimular la liberación de la hormona adrenocorticotropa o ACTH por parte de la hipófisis. Finalmente, es esta la hormona que viaja por el torrente sanguíneo hasta alcanzar la glándula adrenal, donde va a estimular la corteza para que se libere, entre otras hormonas, el cortisol. Además, cabe destacar que si hay un exceso de cortisol en sangre, este puede actuar como un regulador negativo sobre el hipotálamo, reduciendo así la producción de CRH.

Una vez sintetizado, el cortisol no se almacena, sino que es directamente liberado a la sangre para actuar sobre las células diana, teniendo las siguientes funciones:

Debido a su hidrofobicidad, el cortisol debe ser transportado por la sangre acompañado de proteínas transportadoras, pero realiza su función cuando se encuentra en forma libre. Finalmente, el cortisol es eliminado mediante el riñón, donde sufre una serie de transformaciones para solubilizarlo y así ser eliminado por la orina.

Alteraciones

Cuando los niveles de cortisol son demasiado bajos o demasiado altos, suele significar que la persona tiene un trastorno de las glándulas suprarrenales. Cuando algún trastorno provoca la insuficiencia de cortisol, se conoce como hipocortisolismo, entre los que destaca la enfermedad de Addison. Sin embargo, como nuestro paciente tiene unos niveles excesivos de cortisol, vamos a centrarnos en el trastorno contrario, el hipercortisolismo. Dentro de este, pueden distinguirse:

  • Hipercortisolismo primario 🠖 se debe a una hiperfunción suprarrenal, y suele estar asociado a la presencia de un tumor.
  • Hipercortisolismo secundario 🠖 se debe a una hiperfunción hipofisiaria, de modo que se secreta una mayor cantidad de ACTH. De nuevo, este tipo de hipercortisolismo suele estar asociado a la presencia de un tumor en la hipófisis. Esta afección se le conoce como enfermedad de Cushing.
  • El hipercortisolismo también puede deberse a un exceso en el consumo de glucocorticoides externos, o a una producción ectópica de ACTH (que la hormona se sintetice en otros lugares que no sean la hipófisis), que suele deberse a la presencia de tumores en regiones como los pulmones o el páncreas.

Caso clínico

Como podréis suponer, la elevada presencia de cortisol en orina de nuestro paciente se debe a que padece hipercortisolismo, que podría deberse a cualquiera de los motivos mencionados anteriormente. Lo que ocurre es que la cantidad de cortisol en sangre es tan elevada que los riñones ven reducida su capacidad de filtración, de modo que se eleva también la concentración de cortisol en la orina.

Esta elevada cantidad de cortisol es la que provoca los síntomas del paciente, como una elevada presión arterial, hinchazón en la cara o hematomas. Además, debido a que una de las funciones del cortisol es la hiperglicemia, es decir, aumentar la cantidad de glucosa en sangre por diversos mecanismos, un exceso de cortisol va a provocar que los lípidos se acumulen, principalmente en la zona abdominal, ya que es uno de los mayores depósitos de tejido adiposo.

Por lo tanto, los elevados niveles de cortisol de este hombre podrían deberse a dos factores: la ingesta excesiva de glucocorticoides externos mediante algún medicamento (ya que muchos medicamentos antiinflamatorios contienen precursores del cortisol), o que padezca la enfermedad de Cushing, que provocaba una hiperfunción de la hipófisis. Sin embargo, no podemos descartar que padezca hipercortisolismo primario.

Por lo tanto, para llevar a cabo un tratamiento, primero se debe determinar la causa de este aumento en los niveles de cortisol. Por un lado, se debería conocer el historial médico del paciente para descartar que el hipercortisolismo se deba a la ingesta de algún medicamento. En este caso, se deberá considerar la posibilidad de que el paciente tenga un tumor en la glándula suprarrenal o en la hipófisis. Por ello, primero se realiza un análisis de sangre para detectar los niveles de ACTH, y, en caso de que estén alterados, se procederá a realizar pruebas de imagen de la hipófisis para detectar la presencia de algún tumor. En el caso de que los niveles de ACTH fueran normales, se realizaría la prueba de imagen a la glándula suprarrenal.

Finalmente, en el caso de que el paciente no tenga ningún tumor, lo que se haría es, si fuera posible, sustituir el medicamento que estuviera tomando por otro que no contenga glucocorticoides, y prescribir una dieta baja en glucocorticoides. Si se tratase de un tumor, se debería plantear la posibilidad de realizar una extirpación del mismo mediante cirugía.

BIBLIOGRAFÍA:

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