¡Hola de nuevo! Una vez hemos aprendido a validar una prueba diagnóstica, así como a elegir el punto de corte óptimo para una variable continua, hoy vamos a comparar diferentes métodos diagnósticos para elegir el mejor de todos. En esta ocasión, con esta prueba vamos a tratar de detectar el SIDA, enfermedad con la que, de nuevo, todos estamos familiarizados.
Fuente: IMQ. ¿Cuáles son las diferencias entre SIDA y VIH?
Como bien sabéis, el SIDA (Síndrome de la Inmunodeficiencia Adquirida) es una enfermedad de transmisión sexual que en 2019 dejó 1,7 millones de afectados y 690.000 muertes a nivel mundial1. Esta enfermedad está provocada por la infección de un virus denominado VIH, que va a debilitar el sistema inmunológico, facilitando el desarrollo de infecciones oportunistas por otros microorganismos. Para conocer en más detalle las características de este virus y del SIDA, os dejo el siguiente vídeo de la divulgadora La Hiperactina.
Ahora que ya conocemos muchos conceptos para estudiar las pruebas diagnósticas, vamos a volver al tema de la validación. En la anterior entrada únicamente hablamos de la validación clínica, pero debéis saber que hay dos tipos de validación:
Validación técnica ➝ asegurarse de que la prueba diagnóstica es apta para la detección de una enfermedad.
Validación clínica➝ comprobar si la prueba, aún habiendo superado la validación técnica, es aplicable o adecuada para la detección de dicha enfermedad en una población concreta.
Caso clínico: SIDA
Para realizar la comparación de los 4 posibles métodos diagnósticos para detectar el SIDA, vamos a partir de los datos de sensibilidad y especificidad de dichas pruebas:
Nuestro objetivo es comprobar cual es el método más adecuado para la detección de SIDA, por lo que vamos a realizar tanto una validación técnica como una validación clínica. Para ello, vamos a hacer uso de dos parámetros: índice de Youden (YI) y razón de verosimilitud (RV).
Ambos parámetros son similares en el sentido que se basan en la sensibilidad y especificidad. No obstante, el índice de Youden no compara directamente dos pruebas diagnósticas, sino que permite que, en base al resultado obtenido, nosotros valoremos cuál es la mejor prueba. Sin embargo, la razón de verosimilitud permite hacer una comparación directa de las pruebas.
De este modo, primero vamos a calcular el índice de Youden. Se calcula mediante la ecuación YI = S + E - 1, y cuanto más se acerque este valor a 1, mejor será la prueba.
Así, esta información es suficiente para calcular las razones de verosimilitud positiva y negativa. Como ya recordaréis, este es un parámetro que indica el rendimiento de la prueba diagnóstica, midiendo las probabilidades que tiene el test de detectar a verdaderos positivos (VP) y a verdaderos negativos (VN).
En la anterior entrada ya mencionamos que cuanto mayor sea RV+ y menor sea RV-, mejor va a ser la prueba. Pero, ¿cómo llegamos a esta conclusión?
Esta tabla nos indica los valores entre los que se tienen que encontrar ambas razones de verosimilitud para determinar el rendimiento de una prueba. Si observamos los valores de las 4 pruebas en estudio, podemos ver que la prueba B es la que muestra un mayor rendimiento en la detección del SIDA, ya que va a presentar una variación grande entre la probabilidad preprueba y postprueba. Estas probabilidades se refieren a dos conceptos sumamente importantes, de los que hablaremos en futuras entradas:
Probabilidad preprueba ➝ es la prevalencia de la enfermedad que se quiere estudiar. Es decir, la probabilidad de padecer la enfermedad antes de haber hecho la prueba diagnóstica.
Probabilidad postprueba ➝ es la probabilidad que tiene una persona de padecer una enfermedad después de haber realizado la prueba diagnóstica. El cálculo de esta probabilidad da información sobre la necesidad de realizar más pruebas diagnósticas o si se debe aplicar un tratamiento para la enfermedad detectada (en caso de dar positivo).
De este modo, podemos concluir que la prueba B va a mostrar la mayor validación técnica y clínica, ya que presenta el mayor índice de Youden (YI = 0,65), así como la mayor RV+ y la menor RV-. Sin embargo, cabe destacar que su sensibilidad no es la más elevada (de un 71%), por lo que se podría intentar buscar la forma de aumentarla, ya que, en función de la prevalencia que tenga el SIDA en una población concreta, puede que detecte demasiados falsos negativos.
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